sábado, 24 de marzo de 2007

Vietnam por dentro (ACTUALIZADO)

Lo ultimo. Jejeje. Aca los detalles de la expedicion en moto por el interior de Vietnam y los dias previos de descanso en las playas de Muine. Se agradece...


Entre almejas y el gran pez
Vero duerme. El resto de los pasajeros tambien utiliza los asientos de ambos lados del pasillo para descansar. El camino es oscuro. La austriaca que va en el asiento contiguo nos dice que Saigon no es tan grande. Pero llevamos dos horas y aun no salimos de la ciudad. Supongo que a estas alturas piensa distinto. No creo. Tambien duerme. Mejor no pensar en mañana, dice la cancion que escucho ahora.

Al dia siguiente amanecemos en Muine, una larga playa con pequeños resorts y caletas de pescadores. Estamos cansados. No queremos movernos demasiado. Al frente solo el mar. La arena blanquiza. El viento mueve la arena. Un poco mas alla, en el horizonte, se divisan pequeñas embarcaciones. Es el mar del sur de China.

Los masajes vietnamitas se realizan en base a pequeños golpes en la espalda y en la cabeza. Duele. Aunque no tanto. Al rato estoy ayudando a un pescador vietnamita a sacar su larga red. Me hace una señal y me dice que viene un "big fish". Habra que ver. Este teclado no tiene acentos. Ya. Ahora somos cuatro personas intentando sacar la red desde la orilla. Al final solo pequeños peces. Pero Van Van, el pescador, me muestra otro pez que saco hace un rato.

Una hora despues floto en el mar. El agua es tibia. Un aleman me saluda. Me pregunta por Hoenecker. Le digo que Chile le dio refugio y que su esposa (como era que se llamaba) vive cerca de mi casa en Santiago. El aleman comenta que las palmeras son hermosas y dice algo sobre la temperatura del agua. El aleman viene de Hanoi. Nosotros vamos en el sentido contrario, de sur a norte. Que locura estar hablando de Hoenecker en Muine, me dice el aleman. Si, claro. Chao. Suerte.

A unos 20 metros seis jovenes vietnamitas sacan almejas. Lo hacen con los pies. Intento decirles algo. Solo sonrien. Ahora la Vero se sumerge en el agua. El mayor pregunta si somos pareja. Claro. Nos invitan a comer. Gracias, pero ahora queremos caminar. La playa es larguisima. Tambien queremos ir a las dunas. Dicen que son como las del Sahara, pero en miniatura. Habra que ver.




La dupla Sa-Za
Si, nos vamos a Dalat, en la montaña, le decimos a una simpatica vietnamita que atiende un restaurante en Muine. Conoce Chile. Vio el Mundial de Francia 98. ¿Zamorano? Si. Y Salas. Le preguntamos por el comunismo vietnamita. No nos entiende. Le dibujo una hoz y un martillo. No hay caso. Nos trae un diccionario vietnamita-ingles. Extrañamente la palabra comunismo no aparece por ninguna parte. Ya, no importa. Camon (gracias). Dalat-honeymoon, nos dice. Solo sabemos que en esa ciudad hay un microclima. Hace frio. Lo comprobamos cuando nos bajamos del bus despues de un viaje de siete horas. Dalat se parece a Puerto Varas. Tambien tiene un lago en el centro y esta rodeada de un bosque de pinos, plantaciones de flores y diversos vegetales. Esta en altura. Hola. ¿De donde?, de Chile. La pregunta y respuesta de todos los dias. El motociclista sonrie.





En motocicleta como el Che

Desde Dalat, el plan inicial era seguir hacia el norte en bus. Pero cuando vimos que cada cinco minutos habian motoristas ofreciendo paseos en motos por los alrededores pensamos que teniamos que informarnos un poco mas para tomar la decision correcta. Pronto nos enteramos que existia una agrupacion llamada Easy Riders, la cual se dedica a llevar turistas algo mas osados por los interiores de Vietnam, por donde practicamente no hay buses publicos ni mucha infraestructura. Aunque parecia interesante, el precio y la comfortabilidad de viaje, no eran muy convenientes. Luego buscamos en Internet si es que habia alguna referencia y descubrimos una pagina web exclusiva de los fans de Easy Riders, donde contaban sus aventuras y recomendaban 100% este tipo de excursiones.

Debo admitir que estaba asustada en andar en moto, pues nunca las he encontrado muy seguras. Pero cuando supimos que nuestros amigos australianos que habiamos conocido en el Delta del Mekong ya habian optado por esta via, pensamos que no podiamos arrugar.

En fin, el jueves en la magnana nos pasaron a buscar Hao y Duong. Vestian su uniforme de Easy Riders, tenian un carnet que los identificaban como tales y portaban un cuaderno con las recomendaciones de los turistas anteriores. Los easy rider son un grupo de 72 motoristas vietnamitas y "nacieron para ser salvajes", como en la pelicula. No nos quedo mas que colocarnos los cascos y confiar.

Cuatro bufalos y sin divorcio

Y asi fue como durante cinco dias visitamos aldeas de etnias minoritarias (Koho, Mnong Bana, Katu), donde pudimos conocer sus casas, construidas mayoritariamente de bambu, los utensilios de cocina y de caza, sus vestimentas y costumbres. En algunas de ellas se traspasan bufalos de la familia del novio a la de la novia, cuando se casan. Luego viven tres agnos en la casa de la familia de la novia y tres agnos en la familia del novio, despues de lo cual pueden elegir donde quedarse. El divorcio no lo consideran, pues significa devolver el bufalo adquirido en el matrimonio. Nuestros guias reconocieron que las mujeres son las que toman las deciones de la casa y el hombre es el que lleva el alimento. Muchos de los ancianos que conocimos fueron parte del Vietcong. Admiran a Ho Chi Min, incluso le tienen un altar al que le prenden incienso. Algunos tienen diplomas de reconocimiento por su participacion en la defensa de Vietnam y guardan sagradamente la medalla que les dio el gobierno. Jovenes y no tan jovenes, mujeres y hombres, caminan diariamente a la selva en busca de vegetales y madera, las cuales cargan en sus mochilas-canastos disegnadas delicadamente por ellos mismos. Se alegran cuando ven turistas y les gusta ser fotografiados, como tambien les gusta que despues les hagan llegar las fotos. Pero lo que no debe faltar en estas visitas son los dulces. Cada vez que llegamos alguna aldea, los nignos corrian hacia nuestros guias y estiraban las manos, pues sabian que el caramelo venia seguro. En general fueron muy amistosos con nosotros, excepto en la mitad de la carretera un dia que paramos a mirar el paisaje y uno de los nignos que se encontraba cerca salio corriendo asustado. Luego trato de volver a su lugar, pero cuando el Negro abrio el estuche de la camara, otra vez se asusto y corrio. El guia nos explico que muchos de ellos no estan acostumbrados a ver extranjeros, puesto que esta ruta se abrio solo hace dos agnos. En ese momento nos da pena por el nigno, pero por otra lado, nos parece excitante el estar en un lugar tan recondito.

En elefante
Otro tipo de visita que realizamos durante este paseo consistio en conocer las distintas actividades relacionadas con la agricultura o la pequegna indsutria de los pobladores del valle central de Vietnam. De esta manera conocimos las plantaciones y el proceso de recoleccion del arroz, vimos plantas de cafe, de tabaco, de mani y de pimienta. Aprendimos del proceso de la seda, del incienso y de los ladrillos. La gente nos miraba y gozaba con cosas pequegnas, como preguntar la edad, si estabamos casados, sabiendo que veniamos de un pais extragno llamado Chile o mirando la magia de las fotos digitales instantaneas. Las nignas que hacian los ladrillos se conviertieron en nuestros fans, tanto asi que terminamos regalandoles unas fotos carnet, como si fueramos superstars.

Todo lo anterior, estuvo acompagnado de la clasica comida vietnamita de pueblo: arroz no graneado, acompagnado de pescado, chancho, pollo y carne. Siempre lo mismo. Durante cinco dias. El Negro agnorabna sus salchichas, yo lloraba por una ensalada.

Como cabros chicos gozamos el cruzar un lago en elefante, con el vaiven peculiar ante cada paso que daba el "mamifero terrestre mas grande del reino animal", segun me dijo el Negro tras reconocer que este equinodermo era su animal preferido y que estudio sobre ellos cuando era pequegno.



La ruta de Ho Chi Minh
El camino que une Dalat con Hoi An, por las tierras altas, la montaña y la jungla, es tambien la ruta de la guerra. En esta zona se encuentran algunos de los principales campos de batalla, espcialmente en los alrededores de Buon Ma Thuot, Pleiku y Dak To. Vemos antiguas trincheras. Tambien observamos los efectos del agente naranja. En las partes devastadas ahora solo existen plantaciones de eucaliptus donados por el gobierno australiano. Durante la american war, los vietnamitas y las minorias etnicas de las montañas se refugiaron en las ciudades. Finzalizado el conflicto, en 1975, regresaron al campo, pero el embargo internacional los dejo mas pobres. En Saigon eran filas y filas de personas para comprar alimentos, nos cuenta Hao, uno de nuestros guias easy rider. Ahora, gracias a la inversion extranjera tras el levantamiento del embargo en los años 90, Vietnam se ha convertido en el segundo exportador de arroz y cafe. Tambien exportan flores, papas, frutillas y una serie de verduras. La mayor parte de las tierras pertenecen al Estado, pero el sistema funciona como libre mercado. Es extraño.

Queremos pensar en el futuro, nos dice Hao cuando le pregunto si la generacion mas vieja aun siente rencor con los gringos. Si, el futuro, pero sin olvidar el pasado. El hermano mayor de Hao murio en 1968 como soldado de Vietnam del Sur. El hermano de Duong murio en 1972 como soldado del Vietcong. Hao tiene su propia historia como soldado, ya que lucho en Camboya contra el Khmer Rouge en 1979. Duong fue enviado a la frontera con China a fines de los 70. En el camino vemos sendos monumentos que honran la memoria del Vietnam del norte. En el memorial de Dak hay dos tanques norcietnamitas. Nos subimos al T-58. Un poco mas alla, cerca de otro monumento, unos niños juegan en el camino. Uno de ellos anda en silla de ruedas. Son los efectos del agente naranja. Duong, el otro motorista, les regala unos dulces. El pequeño nos estremece. Una cosa es ver las impactantes fotos de loo efectos de estos quimicos en el museo de Saigon y otra muy distinta es ver la realidad. Nos quedamos pensando todo el dia en este niño.

Tambien en la ruta hacia el poblado de Kon Tum, cerca de Duc Co, los vietnamitas de mas escasos recursos recolectan bombas, minas y cascos utilizados en la guerra. Los venden como chatarra. Tras el embargo, Vietnam debio recurrir al reciclaje del material belico estadounidense para obtener hierro y fierro. En una de las villas donde reciclan las bombas, encuentro una bala de una M16. Me la llevo para la casa. Jejeje. Tambien, en las faldas de Charlie Hill, una de las colinas estrategicas de la guerra, una mujer mayor vende identificaciones de soldados norteamericanos. El esposo de esta mujer murio en estos cerros. Hace algunos años regreso a la zona para instalar un modesto puesto de frutas y verduras. Es una zona militar, pero ella tiene un permiso especial. Nos muestra una de las medallas. El soldado se llamaba Michael, tenia sangre tipo A y era protestante.

En el cuarto dia de la expedicion ingresamos a la zona del antiguo Ho Chi Minh trail, la ruta secreta mediante la cual el Vietcong ingresaba clandestinamente a Vietnam del sur durante la guerra. Hay varios caminos. Uno por Laos, otro por Camboya y otro por las montañas vietnamitas. En 2002 el gobierno construyo una moderna autopista siguiendo la ruta de Ho Chi Minh. La zona no es muy visitada. Cuando algunos estadounidenses visitan algunas aldas de las minorias etnicas, los pobladores cierran sus puertas y se esconden, nos cuenta Hao. Aun tienen miedo. Tal es el caso de los Gie Trung. En otra villa, en Phuon Son, encontramos a los Katu. En una de las casas de bambu Co Se Liu, de unos 80 años o quizas mas, corta una vara de platanos. El anciano lucho por el Vietcong. En otro lugar de la aldea Co Se Lui tiene un altar con un pequeño busto de Ho Chi Minh, el hombre al que mas admira. El veterano luce tambien un diploma. Le preguntamos, a traves de nuestro guia, si tiene alguna medalla. Si claro. Le regalamos unas fotos carne para que se acuerde de nosotros. Nos agradece y sonrie durante varios minutos.

sábado, 17 de marzo de 2007

Rambo y el tio Ho en Saigon

El gran escape

Hace algunos dias dejamos nuestras inmundas prendas en una lavanderia en Phnom Penh. Nos prometieron tenerla lista al dia siguiente. Cansa andar tan limpios. Jeje. La capital de Camboya nos regalo algo de relajo. Buenos bares. Ya saben. Esta ciudad era la joyita de la Indochina francesa. Y sorprende. No es tan salvaje. Las calles no son de tierra. Aunque tiene su cara oculta: el comercio sexual con menores. Y ni tan oculto. Por eso en las hostales y hoteles existen sendos carteles que advierten sobre la pedofilia. En el Phnom Penh Post leemos que ahora existe una red de informantes, incluso de la que forman parte algunos niños, para denunciar este tipo de delitos. Y todo por unos cuantos dolares. Poco tambien nos costo la lavanderia. Felices fuimos a buscar nuestra ropa a la hora prometida. Sin embargo, cuando llegamos el local estaba cerrado. Vuelva mañana, nos dijo una amable khmer. Uff. Regresamos al dia siguiente, pero no se como nos enteramos que los dueños de la lavanderia habian dejado la ciudad para asistir a un funeral. Frente a la lavanderia, un anciano, al parecer el padre del dueño del local, nos dijo que debiamos esperar un dia mas. Esta loco?, le pregunte. Hemos esperado bastante y mañana en la mañana nos vamos. Nuestro bote a Vietnam parte a las 11. Vuelva mañana a las 10, nos dijo. Al dia siguiente regresamos. Nadie a la vista. Al rato llegaron los dueños del local, pero sin las llaves de su propia tienda. Pesadilla de aquellas. Poco antes de las 11 logramos recuperar la ropa, todavia humeda.
El delta del Mekong
En Vietnam el Delta del Mekong es conocido como el rio de los nueve dragones. En esta zona el rio se divide en nueve brazos. Dejamos Phnom Penh y nos subimos a una pequeña pero rapida embarcacion rumbo a la frontera con Vietnam. De gran caudal, el rio es la columna vertebral del sudeste asiatico. No hay grandes ciudades ni industrias en sus riberas, aunque el agua no es bebestible, al menos para nosotros. En unas cinco horas cruzamos la frontera. Llegamos a la tierra del tio Ho, nombre con el cual se conoce al heroe local: Ho Chi Minh, el lider que enfrento (y con exito) a los franceses, japoneses y estadounidenses, aunque no vivio para ver a su pais unificado y comunista de Hanoi a Saigon. La primera impresion de Vietnam es que se parece a Cuba. En Chau Doc, muy cerca de la frontera, vemos carteles de propaganda del gobierno y letreros del tio Ho por doquier. Los niños van al colegio con un pañuelo rojo como los pioneros en Cuba. Los edificios son parecidos tambien. El Delta del Mekong ofrece largos recorridos por sus rios, mercados flotantes y tranquilas ciudades, como Cao Tho y Mi Tho. Ya basta de mujeres y dinero, nos cuenta un jubilado australiano en la popa de un barco en un rio cuyo nombre no recuerdo. Esto es vida, nos dice mientras extiende su dedo indice para mostrarnos a unos vietnamitas en la ribera. El australiano sonrie. Se ve feliz. Nosotros tambien lo estamos.
Donde esta el comunismo?
Creimos haber llegado a Ho Chi Minh City, pero pareciera que del Tio Ho quedan solo estatuas y souvenirs. Mas bien estamos en Saigon, una ciudad que crece y se moderniza a pasos agigantados, donde aun no hemos podido encontrar las huellas del comunismo que dicen llevar. En realidad no hemos hallado a la persona indicada para preguntarle como se traduce el sistema comunista en concreto. Lo que hemos observado hasta el momento es que la vida aqui dista mucho de lo que se ve en La Habana. Se ve mucha empresa privada, riqueza acumulada por algunos sectores, libre mercado... tal vez una opcion diferente, pero aun no sabemos como es la calidad de vida de los vietnamitas. A lo mejor en zonas menos turisticas podamos conversar con alguien que nos hable del sistema politico, sus pro y contra.
De todos modos, Saigon, como la mayoria la llama a pesar de que a partir de 1975 lleva el nombre del lider izquierdista, es una ciudad que vale la pena conocer. Une parques, templos, mercados, vida nocturna, museos y miles, pero miles de intrepidos motociclistas. Los autos son minoria. Los "ceda el paso" existen, pero solo para los utopicos. En todo caso, la agilidad de los motoristas es admirable. Se atreven a todo, sin casco y con uno, dos o hasta tres pasajeros detras. Yo prefiero ni mirar. Me agarro de donde puedo y me dedico a mirar la espalda del chofer, pues se que nada depende de mi y no queda otra opcion para movilizarse. En realidad si. Hay unos carritos llevados por una bicicleta, pero puede resultar aun peor ir a esa lenta velocidad, pues no hay posibilidad de esquivar las motos.
La poblacion vietnamita es de aproximadamente 85 millones, de los cuales cerca del 65% es menor de 30 agnos, por lo que se imaginaran el futuro que tiene este pais, que por mucho tiempo ha sido visto como fuente de mano de obra barata, pero que sin duda tiene herramientas de sobra para convertirse en una gran potencia, ojala de izquierda. Conocida es la explotacion que han tenido los trabajadores de la empresa Nike, incluso hubo protestas hace algunos agnos que en algo ayudaron a mejorar la situacion. Lo raro es no encontrar ninguna tienda de esa marca, pese a que sus productos se fabrican aqui. Igualmente, en los mercados, entre frutas, pescados y cafe, es facil encontrar mochilas The North Face, jeans Levis, poleras Lacoste o camisas Gap, pero todo informal, de las tiendas originales ni huella. Extragno. Que esconden? Lo que si se ve son muchas tiendas Canon, Panasonic, Nokia y del estilo tecnologico en general.
Aqui las mujeres la llevan. Para la guerra no solo cocinaban el arroz en el campo de batalla, sino que armadas tambien defendieron su territorio. "Son esposas ejemplares y buenas para 'hacer hijos'" nos dijo un guia. Debe ser asi, porque ahora solo les permiten tener dos nignos a cada familia.

Pese a la locura que se vive en las calles, la gente es muy amable y desetresada. La mayoria es de estatura baja y contextura delgada, de lo cual sienten orgullo pues fue fundamental para su estrategia de guerra bajo tuneles. Como en todo los paises que hemos visitado, se come a cualquier hora, sin distincion de dulce o salado, liviano o pesado. Lo que si, en los platos vietnamitas se nota mas la presencia francesa a traves de la incorporacion de las salsas que bagnan las carnes o los panqueques, pero rellenos con dientes de dragon.

Con todo, nos gusta Vietnam. Le tenemos fe.
Cu Chi y Fidel
En el museo de la guerra de Saigon o la american war como le dicen aca a lo que nostros conocemos como la guerra de Vietnam, los gringos son el diablo, los survietnamitas los mercenarios, la guerrilla del Viet Cong algo superior al propio Buda y Ho Chi Minh un dios (era que no). El instructivo del museo invita al visitante a conocer la historia de la guerra desde el punto de vista del pais invadido. Olvide Hollywood, nos advierte la Lonely Planet. Y rapidamente olvidamos a Rambo, aunque todos los guias se parecen al oficial vietnamita que torturo al muscoluso heroe americano en la segunda parte de la saga. Ese del bigote. En fin... En el museo hay dos tanques, un helicoptero y varios aviones estadounidenses que los vietnamitas exhiben como trofeo. Pero tambien hay cientos de impresionantes imagenes de la guerra tomadas por reporteros de agencias de noticias internacionales e incluso de revistas norteamericanas. Ahi esta la gracia, pienso. Tambien hay largas explicaciones (casi ninguna en ingles) sobre el agente naranja y algunos fetos de nonatos con malas formaciones. Estremecedor. En otra sala hay afiches originales exhibidos de las protestas mundiales contra la guerra y recuerdos de diferentes paises que se manifestaron contra el conflicto. Hay una pequeña bandera chilena obsequio del PC, una bandera de Cuba y una imagen de Fidel Castro en Hanoi el 15 de septiembre de 1973. La historia no esta completa (es un decir) con una visita a la red de tuneles utilizados por el Vietcong a solo unos 40 kilometros de Saigon, en el poblado de Cu Chi. Vin o Mr. Vin, un veterano de la guerra que ahora trabaja como guia, nos cuenta que los vietnamitas se dieron el lujo de construir tuneles incluso debajo de las propias bases estadounidenses en el sur de Vietnam. Mr. Vi nos muestra diversas trampas y pequeños escondites utilizados por el Viet Cong en la guerra. Tambien hay un tanque A60 norteamericano destruido por un explosivo casero fabricado con restos de las potentes bombas de los B52. Me subo arriba del tanque para la foto. Como Rambo me dice Mr Vi. No, en realidad no se parece, agrega. La audiencia se rie. Yo tambien. Saben por que los americanos no pudieron contra nosotros? Saben por que? Big ass. La gente se rie, incluso las de culo grande. Mucha hamburguesa, agrega. Luego, un gringo intenta introducirse en un escondite utilizado por los francotiradores vietnamitas. El pobre suda y no pude salir. Saben por que?, pregunta Mr Vin. Big ass. Un poco mas alla se escuchan disparos. Hay un centro de tiro. Se puede probar la AK47 y la M16. Ahhh., y la metralleta de Rambo, dice Vin. Cada bala cuesta 1,5 dolar. Demasiado. Al rato estamos dentro de los tuneles, en los de tres metros de profundidad. Hay otros de seis y nueve. Una obra maestra de ingenieria. Soy Rambo. Mr Vin esta un poco trastornado. Dice que despues de la guerra se mudo a Estados Unidos, pero que nunca se acostumbro. Saben por que? Por la comida, nos cuenta. Mr Vin dice que no quiere hablar de su vida, pero lleva dos horas contando historias y no para. Los vietnamitas son pequeños y los soldados norteamericanos eran muy altos, cuenta Vin. Y ademas, saben que? Big ass.